Como abogado especializado en inmigración en Montana desde 1996, he asesorado a innumerables empleadores agrícolas en la tramitación de visados H-2A. Pero para comprender las estrictas normas actuales, como las fianzas para los contratistas de mano de obra, hay que remontarse al Programa Bracero (1942-1964). Esta iniciativa de la Segunda Guerra Mundial trajo a más de 4,6 millones de trabajadores mexicanos a las granjas estadounidenses, cubriendo la escasez de mano de obra en medio de la guerra.
El programa comenzó con fuerza: los ferrocarriles transportaban a los «braceros» (trabajadores agrícolas) en virtud de acuerdos bilaterales, prometiéndoles salarios justos, alojamiento y transporte. Montana vio a los braceros en los campos de remolacha azucarera cerca de Billings.
Pero los abusos se multiplicaron. Los contratistas retenían parte de los salarios, proporcionaban campamentos miserables y cobraban tasas ilegales. Los trabajadores sufrían discriminación, exposición a pesticidas sin protección y deportación por presentar quejas. En la década de 1950 estallaron los escándalos: las audiencias del Congreso revelaron la existencia de servidumbre por deudas y listas negras.
La protesta pública, liderada por sindicatos y grupos de derechos civiles, puso fin al programa Bracero en 1964. Esto allanó el camino para la MSPA de 1983 y las garantías modernas del H-2A: sin tasas de contratación, viviendas inspeccionadas, salarios vigentes (AEWR de Montana para 2025: 18,67 dólares/hora) y fianzas para los contratistas.
No son una carga, sino que evitan la explotación. En los remotos ranchos de Montana, garantizan el bienestar de los trabajadores sudafricanos y mexicanos, lo que impulsa sus operaciones de forma ética.
¿Tiene preguntas sobre cómo aplicar las lecciones de Bracero a su solicitud H-2A? Estamos aquí para ayudarle.

